La incertidumbre y la toma de decisiones
La toma de decisiones es fundamental en la vida. En la mayoría de los casos, asociamos estas palabras a los cargos gerenciales de las empresas. En otras palabras, pensamos que solo son utilizadas en el argot empresarial.
Pensamos que las empresas establecidas son las únicas que toman decisiones y cuando esas decisiones proporcionan un impacto positivo, las empresas se fortalecen en el mercado y crecen continuamente. Sin embargo, debemos pensar por un momento, sólo las empresas toman decisiones???…evidentemente que no.
Todos los seres humanos tomamos decisiones, unas más acertadas que otras. ¿Cuántas decisiones toma una persona común y corriente en el quehacer cotidiano???…muchas.
Crear y formar una familia es toda una toma de decisiones, las cuales deben ser las mejores decisiones. Se trata de los futuros seres humanos que van a formar parte de nuestra sociedad, los hijos, y dependiendo de esa toma de decisiones, seremos buenos o malos ciudadanos.
Ahora bien, estas decisiones particulares, familiares, tienen, ¿mayor relevancia que las decisiones tomadas por las empresas???…posiblemente. Las decisiones en las empresas son tomadas también por seres humanos, comunes y corrientes.
Entonces, cuál es la diferencia???…quiere decir que las decisiones empresariales son más importantes, que las decisiones particulares o familiares???., rotundamente no. No hay diferencia.
Lo que nos diferencia es que esas empresas toman decisiones, a pesar de la incertidumbre. Vencen el miedo y la incertidumbre. Se arriesgan. No tienen miedo.
Muchas de esas grandes empresas nacieron familiares: Ford, Rockefeller, entre otros. Se decidieron a hacer lo que estaban pensando, a formar sus empresas, y lo hicieron, no los paró nadie.
Hoy en día esta facebook, google, twitter, entre otras que tomaron decisiones definitivas, y de eso se trata de tomar decisiones definitivas.
En el caso de las personas particulares a la hora de tomar decisiones en función de cambiar sus vidas o luchar para tener una mejor calidad de vida, lo piensan. La creación de una familia es una decisión sin mucho pensar. Casi todo en automático, nos enamoramos y nos queremos: nos casamos o nos ponemos a vivir juntos.
Tomar decisiones que lo saque de la zona de confort, en donde el camino es desconocido, a la mayoría de las personas los invade la incertidumbre y el miedo, es un cerco mental que lo traemos al presente y no nos deja avanzar. Pensamos que es imposible lograr salir adelante.
Si pensamos en una idea de negocio, pensamos que es imposible crear un negocio rentable. Pensamos que ya todo está hecho, que no hay nada que inventar, es la manera de sacarle el cuerpo a la idea y auto sabotearse es lo mejor que se puede hacer.
El miedo a emprender
Tengo una buena idea, pero me da miedo fracasar y eso me da mucho miedo. Mejor me quedo tranquilo. Eso generalmente es lo que hacemos. Tenemos la idea, es muy buena, pero no hacemos todo el esfuerzo para llevarla a cabo. Buscamos una y mil excusas para no hacer nada con respecto a llevarla a la realidad.
A ciertas personas se les hace difícil ponerse a trabajar para desarrollar la idea, porque tiene arraigado en su mente: que no vale la pena, para que hacer eso, los ricos están completos, eso tiene mucho trabajo, no tengo dinero, yo no nací para eso, no le pares a eso, pero realmente lo que tienen es miedo.
Personas con afirmaciones negativas, que sólo ellas se las creen, y en muchos de los casos son las personas, que se la creen que se la saben todas. Expresiones como estas: la vida es una sola, vive la vida, que la vida es corta y la muerte es larga, …son expresiones que evitan que entren las afirmaciones positivas. Con este tipo de pensamiento se llega al conformismo, que con lo que se tiene es suficiente.
Sabemos que estos pensamientos son difíciles de eliminar de la mente y más aún cuando las personas no se dejan ayudar. Sin embargo, sucede que a muchas personas les da o sienten miedo de llevar a cabo su idea, su emprendimiento. No saben cómo empezar y no tienen orientación, pero más que miedo al emprendimiento, es miedo a fracasar.
A las expresiones anteriores se les puede agregar: Y si…¿eso no se da?, y ¿si fracasamos?,…Toda una serie de obstáculos que posiblemente no te dejen que arranques con nada. Precisamente se trata de eso, nos traemos todos los obstáculos futuros al presente, que te agobian y te inmovilizan.
Cuántas personas profesionales se asustan y hasta le dicen que “NO” a un cargo superior,??…muchas dicen que no. Dicen estas expresiones: no quiero, no puedo, aquí donde estoy…estoy bien, mucha responsabilidad y pare de contar. Lo que se tiene es miedo, y miedo a fracasar.
Los seres humanos no nacimos para ser unos fracasados, al contrario nacimos para ser exitosos. Tenemos de todo para ser exitosos. Que nos equivocamos y no salió como esperábamos, eso es otra cosa, no es fracaso, no se hicieron las cosas, como se tenían que haberse hecho. Que toca..?, prepararse y aprender de los errores., pero en su mayoría pensamos: NO SIRVIÓ PARA NADA, DEJEMOS ESO ASÍ, y se olvida el asunto.
El Secreto de la Prosperidad
La mayoría de las personas desean la prosperidad, pero no se sienten comprometidas con ella. Sabemos que el camino es difícil y prácticamente nadie sabe cómo iniciar el camino a la prosperidad. Sin embargo, el inicio del camino lo tenemos en nuestras manos, en nuestro cuerpo, y en especial en nuestra mente. Si tenemos la mente preparada para la prosperidad, para la riqueza, la lograremos. Todo está dentro de ti, en tu mente.
En esta vida nada es imposible y más aún si tenemos la ayuda de Dios, y si por no sabías, Dios está dentro de tí. Todo se trata de tener una mente programada para lograr lo que te propones por pequeño o grande que sea.
En vez de decirle a la mente “no puedo hacerlo”, “es muy difícil”, “no puedo lograrlo”, dile “que si puedes”. Las palabras negativas se van a lo profundo de la mente, de donde es difícil sacarlas y ahí se quedan impregnadas en nuestro cerebro. A lo largo de nuestras vidas, acumulamos pensamientos negativos, y están ahí dirigiendo nuestras vidas, por lo cual es necesario eliminarlos de nuestro subconsciente.
A la hora de emprender el camino a la prosperidad tenemos por costumbre pronunciar palabras negativas que no te dejan avanzar. Todo lo pones oscuro y difícil de creer. Si una persona ha logrado ser rica o te habla de riqueza, por un lado no le crees y por el otro lo tratas de loco, como si obtener riqueza fuese imposible. En esta vida nada es imposible.
Una palabra que tiene el poder de hacer cambiar tu estilo de vida, de mejorar tú calidad de vida o llevarte a la riqueza es la “inversión”. Investiga todo el poder que encierra esta palabra, por insignificante que te parezca.
La inversión en muchos de los casos la confundimos con gastos, y mientras no tengas claros los conceptos y las diferencias, no lograrás avanzar hacia el camino de la prosperidad.
La preparación es la clave del éxito
Estar en el lugar correcto, en el momento correcto para cuando se presenten las oportunidades es lo que nos han enseñado y nos han dicho para lograr el éxito.
Sin embargo, estar en el lugar y en el momento correcto y no estar preparados, seguramente no lograremos aprovechar las oportunidades que se nos presenten. ¿Cuántas personas por no estar preparadas, no aprovechan las oportunidades que se les presentan? Muchas…
El éxito, la prosperidad, la riqueza está enmarcada dentro de un proceso constante de preparación, capacitación, sabiduría y conocimiento. La prosperidad exige una serie de requisitos fundamentales para poder alcanzarla. No se trata de hablar por hablar o decir por decir. Se trata de demostrar con hechos que puedes lograr la prosperidad.
Entre los primeros requisitos que exige la prosperidad está la capacitación mental. Debes preparar tú mente para el éxito y convencerla de que puedes lograr lo que te propones. La mente tiene el poder maravilloso de hacer lo que tú quieras que haga. Si logramos programar la mente para el éxito, para la prosperidad, para la riqueza, con toda seguridad se aprovecharán todas las oportunidades que se te presenten.
La gente no prospera porque no prepara la mente para lograr lo que se propone, se debe reprogramar la mente y hacerla que nos obedezca. La mayoría de las personas no tienen preparado el subconsciente para lograr lo que se desea.
Nuestra mente subconsciente no hace nada si la mente consciente no emite órdenes de progreso, éxito y prosperidad. Además si la persona no se esfuerza, no tiene disciplina y perseverancia en lograr lo que se propone, es muy difícil que el éxito llegue.
Por paradójico que parezca, muy pocas personas saben cuál es el camino a la riqueza (sólo los que lo han logrado), pero la gran mayoría si sabe cuál es el camino a la pobreza.
En este sentido, como sabemos que el camino a la prosperidad es duro y sólo los duros son los que continúan el camino, es necesario e indispensable prepararse y capacitarse para aprovechar las oportunidades. El mundo está lleno de oportunidades, pero como no estamos preparados no las vemos.
El poder que lo vence todo
Cuántas ideas, cuántos proyectos, cuántos planes se nos han caído por no tener perseverancia y firmeza para lograrlos. No planificamos lo que queremos para nuestras vidas. La vida la vivimos en su mayoría como se va presentando. Esto hace que ciertas cosas que deseamos lograr se nos vayan de las manos. Y cuando no se tiene claro que es lo que se quiere, más rápido desaparecen, como el humo en la montaña.
Nos distraemos fácilmente, perdemos el rumbo cuando las cosas se nos van poniendo más difíciles. Buscamos cualquier excusa para abandonar lo que nos propusimos llevar a cabo. Salimos corriendo al presentarse el primer obstáculo y bombardeamos nuestra mente con pensamientos negativos que hacen que dejemos nuestra idea a un lado.
No hay mas duro en esta vida que la prosperidad, y la prosperidad no sólo se trata de obtener dinero. Se trata de que en el día de hoy nos encontremos mejor que ayer, y en el día de mañana nos encontremos mejor que hoy. Si queremos lograr tener éxito en lo que nos proponemos es necesario tener perseverancia y firmeza.
La perseverancia y la firmeza no se trata de estatus socioeconómico. No se trata de ser más inteligente, no se trata de tener mayor talento, no se trata de tener la mejor y prestigiosa carrera universitaria.
En la vida encontramos a grandes intelectuales y profesionales que no han logrado nada. Han fracasado por no tener perseverancia y firmeza de seguir adelante, en lo que eran buenos. También encontramos personas sin estudios, que nacieron pobres y se propusieron ser ricos y lo lograron. ¿Por qué lo lograron? por tener perseverancia y firmeza.
Un propósito nos lleva al éxito
Cuando no sabemos lo que queremos en la vida, cualquier camino es bueno para seguir. No le prestamos atención a la planificación y en muchos casos andamos a la deriva sin saber qué rumbo tomar. Estamos prácticamente improvisando la vida y se podría decir que desaprovechando el tiempo. La mayoría de las personas no tienen un proyecto de vida que los conlleve a lograr la prosperidad. Simplemente viven el día a día, sin pensar en mejorar la situación en la que se encuentran. Y en la mayoría de los casos no es la mejor.
Si queremos lograr nuestras metas, es necesario comprometernos con las mismas. La fuerza de voluntad no basta, es necesario tener un propósito de vida. Generar compromiso con dicho propósito, de lo contrario no se lograran las metas. La mayoría de las personas no se comprometen con la prosperidad. No se comprometen con tener una mejor calidad de vida, y menos aún no se comprometen con la riqueza.
A muchas personas les da miedo la riqueza, por eso no la buscan. Prefieren no hacer nada en cambiar la situación, pues se conforman con lo que tienen y cómo viven. Si todo el tiempo haces lo mismo, no pretendas que las cosas van a cambiar. Tenemos que generar cambios de superación en nuestras vidas, para que comiencen a verse cambios positivos. De lo contrario nos arropara la vejez, siendo tarde para tomar acción, entienda que es necesario salir de la pobreza.
Si te propones lograr la riqueza, ten la seguridad que la lograras si te comprometes con ella. Así mismo, sucede con los emprendimientos, si te comprometes en llevar tu emprendimiento a la realidad, ten la seguridad que lo lograrás. Pensar y pensar en hacer, y no hacer nada; es como arar y arar y no sembrar.
Los primeros pasos hacia la prosperidad
Generalmente las personas no saben por dónde empezar el camino hacia la prosperidad. Estudiamos, nos graduamos y comenzamos a trabajar en una empresa pública o privada o por nuestra propia cuenta. Lo mismo le sucede a una persona que no sintió motivación por estudiar, tiene que trabajar para poder mantenerse. Sin embargo, ese largo camino laboral lo que nos lleva es a ser conformes y acostumbrarnos a un determinado tipo de trabajo y de rutina. Necesariamente no te lleva a la prosperidad.
Una persona, independientemente de que estudie o no estudie, no sabe cómo iniciar el camino a la prosperidad, a la riqueza. Esto es comprensible, nadie nos ha dicho o indicado cual es el camino. Este camino no se enseña en la escuela ni en la universidad. No estamos preparados para concebir la prosperidad o la riqueza como un estilo de vida, y la mayoría no piensa en hacerse rico. Solo piensa por momentos en la riqueza, pero no se compromete, no la tiene como propósito.
Uno de los principales pasos que debe dar una persona para lograr empezar en el camino hacia la prosperidad. Cambiar su estilo de vida, es entrar en proceso de conversación interna. Te lo repito: iniciar un proceso de conversación interna, donde debes escuchar tú corazón y a ti mismo: ¿Qué dice tú corazón? ¿Realmente quieres cambiar tu estilo de vida? ¿Quieres cambiar la situación en la que te encuentras? ¿En qué deseas transformarte? ¿Deseas salir de la pobreza? Se trata de un proceso de reflexión, concientización y aprobación interna. Donde tienes que tomar la decisión de cambiar tú estilo de vida, tomando en cuenta aspectos fundamentales de tu ser interior.
De lo contrario no tiene sentido lo que hagas, porque no vas a llegar a ninguna parte. Simplemente vas a estar como la mayoría de las personas. Conforme con lo que tienes, laborando por un periodo de treinta años, esperando a que llegue la jubilación y la vejez.
Si realmente crees que puedes cambiar tu vida por un mejor estilo de vida. Y estás dispuesto a comprometerte contigo a lograr la prosperidad, a salir de donde te encuentras, debes buscar llevar ese deseo a la realidad. Debes pensar en cómo hacer para pasar del punto A al punto B. Es necesario que realices un plan de acción, es decir, un proceso de planificación personal y financiera que te lleve a coronar la prosperidad.
Debes diseñar y ejecutar todo un plan financiero, con su respectivo control y seguimiento. No en la mente, con papel y lápiz en la mano, en donde plasmes todas las acciones a seguir para alcanzar la tan ansiada prosperidad. Esas acciones deben estar atadas a una meta, en donde a la vez se indique el tiempo de logro de la misma. De no lograrse la meta, debes indicar o explicar, él porque no se logró alcanzar la meta programada. Y seguir buscando cumplir con la meta, insistiendo por varios caminos. Se deben establecer tantas metas como sean posibles y cumplirlas, esto te irá conduciendo al cumplimiento de ese deseo.
Salir de la zona de confort mental lo lleva al éxito.
La mayoría de las personas quieren cambiar. Salir de la situación en la que se encuentran. Tener una mejor calidad de vida, sin embargo, sólo lo piensan; no se atreven a salir de la comodidad mental en la que se encuentran, porque de solo pensar en mejorar su calidad de vida, implica hacer muchas cosas diferentes a las que han venido haciendo cotidianamente.
Elevar nuestra calidad de vida y luchar por lograr algo en nuestras vidas, bien sea mejores ingresos o libertad financiera, requiere de compromiso y abrir la mente a los nuevos cambios y metas que se deben planificar y cumplir para lograr dichos cambios. No basta con decir las cosas por decirlas. No basta decir, quiero cambiar; cuando no sientas un compromiso verdadero, un propósito real contigo mismo.
Salir de la zona de la comodidad mental, es decir; de lo que haces actualmente pero que no te sientes satisfecho, requiere de una revisión interna. De un diálogo interno contigo, en donde te evalúes con sinceridad y honestidad sobre tú situación. ¿Qué deseas cambiar? ¿Tú situación económica? ¿Tienes bajos ingresos? ¿La casa dónde vives, te mereces una mejor? ¿Mudarte a un mejor lugar? ¿Mejor educación para tus hijos? Todo esto y más se puede lograr, siempre y cuando te salgas de tú zona de confort mental donde te encuentras.
La gente piensa y le gusta la prosperidad pero no lucha por alcanzarla. La mayoría de las personas caen en un conformismo y en una costumbre, que hacen de su vida una rutina diaria, de la cual es difícil desprenderse, transformado dicha rutina en un hábito de vida.